Barrio de orden,
belleza, y perfección
rincón pintado de vida
maqueta donde sus habitantes
no expresan su sentir.
Aquí
nadie grita,
los niños no corren,
no ensucian,
no ríen.
El silencio
es parte del diseño.
Los jardines,
podados
con precisión quirúrgica,
donde las hojas caen
solo en sueños.
Todo luce impecable,
más uno sabe, uno aprende
que donde nada parece
fuera de contexto,
hay malestar y descontento,
cuanto más perfecta la calle,
más rota la gente,
más hueco el gesto,
más seco el aliento.
Como si estuviéramos
atrapados en una vitrina,
donde la luz es siempre blanca,
pero el aire
no circula.