Anoche, la conversación escaló a un nivel que nunca imaginé. Las palabras se convirtieron en armas afiladas, y el temperamento, una llama incontrolable, consumió lo poco que quedaba de nuestra paz. Fue una noche interminable, marcada por reproches y un dolor sordo que aún resuena en mis oídos.
En medio de la tormenta, ella me lanzó una verdad hiriente, una verdad que me dejó sin aliento: \"Ella ha estado más tiempo contigo que tú\". Me recordó cada sacrificio, cada momento de mi vida en el que ella estuvo a mi lado, soportando mis tormentos y celebrando mis escasos triunfos. \"Ella ha soportado mis malos momentos. Ella ha visto mis altas y bajos mientras que tú solo estuviste un momento\", sus palabras, cargadas de resentimiento, se clavaban en mi alma.
Luego, con una voz cargada de amargura, me dijo que lo nuestro fue efímero, un mero destello en el tiempo: \"Me dice que lo tuyo y lo mío solo fue como un relámpago de tiempo. Que te fuiste en un parpadeo\". Y te confieso, esa afirmación me dejó completamente en silencio, sin una sola palabra para defenderme. Ella me conoce tan profundamente, es mi otra mitad, mi confidente, la persona que ha caminado a mi lado por senderos difíciles.
Y ahora, cada día es una lucha contra tu ausencia, una batalla contra tu fantasma que se niega a desvanecerse. Es difícil vivir con tu recuerdo, con la sombra de lo que fuimos, mientras la realidad me arrastra a un presente que no te incluye.
Tu fantasma