Franjablanca

Capital de España

Aquí va una afirmación:

tengo un amigo en Pucela

(que fue capital de España)

por quien siento admiración.

Resuelve con igual maña

los sonetos y espinelas

sacando factor común

al lustre de su betún

por la suma de sus letras.

 

Ufano de tetra-yayo

y de ser hombre de ciencia,

comparto con él tendencia

y además es mi tocayo.

Si bien yo no soy abuelo,

en mi noción y conciencia

hasta donde sé y tutelo,

envidio su descendencia.

Con sus nietos él lo flipa,

con la Física y Pink Floyd,

y olvidándome no estoy

que adora a su perrita,

a la que llamaron Pipa.

Quédeense con este nombre,

no es asunto baladí;

esa pipa da de sí

mucho más de lo que cita,

aunque escondida se alfombre; (😉)

y guárdenlo con sigilo:

parece ser que este hombre

no da puntada sin hilo.

 

Él es Francisco Javier.

Y atentos a lo siguiente,

porque visto del revés,

su apellido es sugerente:

el velado punto G.

(Lo he girado por aquello

de preservarle la rima,

pero si os eriza el vello,

si a alguien diera grima,

se atribulase o se enfada,

arreglamos el asunto

volviendo a poner G punto...

y aquí no ha pasado nada).

¿Ven ya la correlación

entre el nombre que tenía

la mascota que os decía

y este punto de inflexión?

 

Pone freno en sus escritos

su modestia de salón

aplicándole impedancia

como si fueran circuitos,

pues dice que solo son

\"Coplillas sin importancia\".

Pero la envidia que anido

provoca todos mis males

por no habérseme ocurrido

escribir \" Siete Puñales\".

 

Es simpático, sesudo,

tremendamente educado,

familiar y concienzudo,

felizmente jubilado,

inteligente y agudo;

y más que agudo, es Aguado.