Un paseo por Sevilla
es volver a respirar
olores a buganvilla,
esencias a flor de azahar.
Cruzar el Guadalquivir
por el puente de Triana
es volver a revivir
aires de fiesta gitana.
Baile, cante y la guitarra,
símbolos de identidad,
una voz que se desgarra,
narrando la realidad.
Sevilla para nacer,
para vivir cada esquina,
ver los patios florecer,
mientras que la flor germina.
Cada rincón es un verso
con sabor a Andalucía,
un lugar del universo
que al llegar nos seducía.
Classman