En tu risa vivía la calma, en tus consejos, la dirección,
eras faro entre tormentas, raíz firme en el corazón.
Fuiste abrigo en mis inviernos, compañero sin condición,
y aunque partiste en silencio, aún resuena tu canción.
Cada historia que contabas, cada gesto sin alarde,
me enseñaron que el cariño no se dice… se comparte.
Hoy te honro en este día, con memoria y emoción,
porque un tío como tú, deja eterna su lección.