Custodia de amor
Te guardo,
en el rincón donde habitan mis silencios,
donde el mundo no llega
y el tiempo no duele.
Te custodio
con la mirada baja,
para que no veas el miedo
que a veces me asoma
cuando el viento amenaza tu nombre.
Soy el abrigo de tus sueños,
la sombra que no abandona,
la voz que en la distancia
te llama sin llamar.
Te guardo, amor,
como se guarda un fuego
que calienta sin quemar,
como se guarda un verso
que aún no se ha escrito.
Porque amarte es vigilar la luz
que late entre tus manos,
es ser centinela de tus pasos
cuando el mundo se vuelve ajeno,
es custodiar lo que somos
en el templo secreto
donde solo existimos tú y yo.
Lilia Molina Fernández
#poetaseliciense