En la bandeja de mi alma hay un eco,
un correo enviado, sin rumbo, sin fin,
tecleo un solo anhelo, mi voz en el viento,
pero solo el silencio responde, mudo y ruin.
¿Por qué no contestas, pantalla vacía?,
todas mis palabras se pierden en tu frío umbral,
¿Es acaso mi súplica un peso, o simple apatía?
¿O yace mi mensaje en un rincón digital?
Cada letra llevaba un trozo de mí,
esperanza tejida en haces de luz,
más el tiempo se arrastra, lento en su huida,
y tu ausencia me envuelve solo con mi cruz.
¿Estás ocupada, perdida en tu vida?
¿O mi voz no merece tu instante fugaz?
En mi bandeja desierta, la duda se anida,
y mi corazón pregunta: ¿responderás?
Aún guardo la espera, paciente, constante,
soñando el momento en que llegue tu voz,
un correo, un signo, un destello distante,
que rompa este vacío que tu ausencia formó.