Se va mojando la calle poco a poco sin sentido ni armonía.
Se va cubriendo de pequeños círculos enloquecidos, rabiosos ,inquietos.
Adoquines, presos ,soportan la locura mientras los círculos caen, cambiando el entorno, modificando colores y tacto.
Ya no es la misma calle y son los mismos adoquines.
Camino bajo la lluvia y siento que los círculos me han invadido y me pregunto si yo también cambiaré cuando los círculos de la vida me quieran obligar.