El pueblo.
Llevo el yugo, penando yo me abrazo,
Por si al soltarme pierdo la costumbre;
Me duelen más la duda e incertidumbre
que la cadena atada al mismo lazo.
Protesto, sí, pero sin dar un paso
la indignación me sirve de costumbre;
Marcho en la calle, miro hacia la cumbre
la vieja fe que aplaude al mismo trazo.
¡Qué bien se vive esclavo si hay pantallas!
¡Qué libre soy si puedo ver partidos!
Ya vendrán tiempos …si es que el tiempo estalla.
Mientras me hablaren dulce los sentidos,
Seguiré aquí, votando a las metrallas,
feliz con mis derechos distraídos.