Abre corazón,
susurra a el alma
que ya se ha ido.
Aleja corazón
ese torvo rasguño agitado
en tu muro húmedo
por las hiedras
de la lluvia...
Deja Memoria
el poder de la noche
empedrada de pesadillas.
Cae ocaso herido
en el silencio
de esa última palabra,
sin sed, sin hambre
entre las nieblas asesinas
del olvido.
(Patricia)