Hoy no hay pena ni pasado, ni lecciones entre lágrimas, hoy hay sol sobre mi espalda y camino firme bajo el alma.
He sembrado con manos limpias, con paciencia y con visión, y la vida, sin aviso, me devolvió su bendición.
No es suerte, es consecuencia, no es regalo, es decisión, es creer cuando era oscuro, es no soltar el corazón.
Celebro lo que he ganado sin alardes ni estruendo, con la sonrisa del que sabe que lo vivido no fue en vano.
Hoy brindo con luz en los ojos, por lo hecho, lo que vendrá, y por la dicha sencilla de saber dónde estoy y estar en paz.