Raiza N. Jiménez E.

De la voz vino el Ser.-

 

Nada me incumbe a mí, de aquellos Otros.

Las horas pasan, sin bellos ecos, vida mía.

Ya quisiera, sólo oír, un diáfano ‘Nosotros’.

Hoy, no se escucha, la nota de tu sinfonía.

**-**

Parece cierto que, la nota, ya no tiene voz.

Hoy siento que, algo esencial, se te escapa.

Llora mi alma, por eso que tuvimos, los dos.

Yo te veo, aunque, te ocultes bajo esa capa.

**-**

Creo muy cierto qué, no burlamos, al destino.

Precursor e imperioso como es, nos persigue.

Intentaré con pericias correr, a ver si le atino.

De no lograrlo, esperaré, para ver qué, le sigue.

**-**

¡Tú Hombre y Mujer, verbos son de un Dios!