Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
(Neruda)
Alma mía,
dónde estás,
te busco
y no te encuentro;
acaso estás alegre
a la sombra de algún astro;
hermosa,
aún no has descendido aquí
o aguardas elevarte
a tu reino celeste;
mientras,
me ha asido otra,
dividiéndome;
a tientas vivo,
perdido, ansioso;
esa extraña,
me dice,
sigue.
Fugazmente,
pasa una estrella por el firmamento,
pienso en ti
y el mundo se ilumina,
todo tiene tu magia
y emerges de mí,
mariposa de sueños.
Enamorado,
esbozo una sonrisa,
corres descalza,
mis brazos se abren,
estrechados,
huimos al fin del ocaso.