Franjablanca

Piel de cordero

Cuando salgas, revisa la maleta.

No te olvides meter mi culpa dentro,

una excusa, una infamia, una careta

y una sarta de dardos (yo, en el centro).

 

Cuando llegues por fin a tu destino

cuéntale a todo el mundo tus desgracias

y háblales de tu aséptico camino

con falacias de ventas en farmacias.

 

Tómate a mi salud una copita

en el bar donde ayer perdí el mechero

de tu llama, de forma fortuita.

 

El licor que te sirva el camarero

sacará a la fiera que cohabita

por debajo con tu piel de cordero.