Todo sale siempre a flote
cuando fuerte sopla el viento
y se siente el movimiento
dentro del cañaveral.
Llega el sol con nuevo brillo,
complaciente en la llanura
descubriendo con premura
todo lo que es inmoral.
Se termina toda fiesta
y el gozar de quien sonríe
aunque mucho se confíe
degustando mucha miel.
Porque vienen nuevos días
y también, descubrimientos
y quizá, arrepentimientos,
si la miel se vuelve hiel.
Valga la sabiduría
de los pueblos con sus dichos
que quien vive de caprichos
su actitud es infantil.
Si se siente poderoso
con poder que no es eterno
puede estar en el gobierno
sin dejar de ser pueril.
Y con versos yo les digo:
«aunque tenga mucho miedo
no se deje con el dedo
que le sigan dando atol».
Las mentiras son muy claras
y quien cree por su cuenta
es zopenco y aparenta
que no ve la luz del sol.
El astuto les sonríe
y hasta el cielo les promete
pero no se compromete
cuando tiene su curul.
Esta historia es repetida,
pero es corta la memoria
y olvidando más la historia…
¿Seguirá negro el tijul?