ENIGMA
No sé nada, absolutamente
nada. El jilguero color de cielo
canta en el misterio del bosque
una brutal sinfonía.
Del aguacatillo resplandece un
látigo en el aire
luz verde esmeralda, iridiscente
explosión
del color, su figura altiva,
príncipe del bosque, un quetzal,
querubín en el árbol verde.
Nadie, excepto ellos son la
extensión suprema de un Dios
de amor, hilo celestial de la
madeja que
nadie salvo El puede explicar.
No se nada, absolutamente
nada; dos pájaros sin borla ni
birrete me dejan con estas
líneas en la nada.
Johanny de Jesús
20/6/25