Hernán Mejía Silva

LOS OJOS Y LA NOCHE

Vivía en los ojos planetarios,

orbitando los cielos, los mares y la noche…

la noche suena como su propio nombre,

como un suspiro antes del arribo de la mañana.

 

Ella también tenía un par de iris incendiarios,

llenos de su ilusión aparente,

tan lejana del ocaso del hombre,

de donde su despecho emana.

 

Vivía en un infinito lunar,

una estrella con mirada al mar,

es el eco del sonido quieto y efímero,

sin nombre, sin sentido… sin esmero.