Mi último poema fue de huir de la corriente de un río; inevitable, tortuosa y hermosa.
Y lo he de cumplir con tal de encontrar lo que perdido pensé que está.
Alejándome de todo lo que el corazón exige en su pena de muerte dolorosa.
Esperando a que después del fin no haya un \"más allá\".
Mi corazón roto está, con grietas que sangran nombres inaudibles.
Mi sangre se derrama sobre sus manos que me lastiman por ignorancia.
Las mariposas discretas de mi estómago se convirtieron en moscas visibles.
Tratan de revivir mi cuerpo dejando atrás mi alma sin relevancia.
¿De qué sirve un humano sin voluntad?
Ya no soy mío, nunca lo fuí.
¿De qué sirve soñar sin crear de verdad?
Soñé tantas cosas que al final destruí.
¿Este dolor es mío o lo mentí?
Mi torso sangra, mis ojos lloran.
¿Usé tanto mi corazón que ahora ya no sentí?
Un delito magra, los nervios ignoran.