Con el paso rápido,
nada hoy me puede recordar el pasado,
pues voy a un lugar retirado,
donde tendré una reunión santa contigo...
La razón y el destino,
hacia la luz que se enciende al otro lado,
no es un sueño ni un espejismo,
es mi fe, que me acompaña hacia Jesucristo...
Para recibir su ansiado trofeo,
que se encuentra en ese lugar que será mi universo,
donde seré pobre como un niño,
pero rico por el amor total de un fulgor inédito...
Desde hace tanto,
Dios mío, viajo con un pasaporte seguro,
es la fe en tu misterio,
para que llegando a ti pueda ser salvado...