Andres Almina Negrete

Leyenda, justicia y libertad.

Una tierra inexplorada, un continente por conocer,

Cazadores siberianos llegaron por primera vez, 

 hace miles de años se esparcieron por doquier,

 naciendo diversas culturas al amanecer,

 Nómadas del viento, del barro y del saber.

 

 

Clovis, Misisipiana, del Sureste y Suroeste,

 Noroeste del Pacífico, del Norte y del Ártico

 vivían del mar, del sol y del edén,

 moldeaban la tierra con manos de bien, 

 creando figuras de espíritu y fe.

 

Tres barcos surcaron el Caribe hasta el Atlántico azul, 

 Santiago, San Cristóbal y Santa María de Consolación,

Juan Ponce de León, en mil quinientos trece, en la flora se perdió,

 maravillado con la fauna y con emoción mencionó,

 la bautizó “Pascua Florida”, llamándola con amor.

 

Vientos y mares surcó en su segunda expedición,

 Y en mil quinientos veintiuno, la tribu Calusa, 

 Cerca de Charlotte Harbor lo enfrentó,

 Una flecha envenenada en el muslo le hirió, 

 avanzando hasta Cuba, donde la muerte le acogió.

 

En la desembocadura del río Johnson llegó,

 La Trinité, entre tres barcos, navegó,

 un oficial y navegante francés viajó con valor,

 fundó Charlesfort en mil quinientos sesenta y dos, 

 y dos años después, Fort Caroline se tomó sin temor.

 

Pedro Menéndez de Avilés llegó con decisión,

 Venció a los franceses con sangre y pasión,

 En mil quinientos sesenta y cinco, San Agustín fundó,

 Cumpliendo con la misión del rey Felipe II, 

 Plantando la cruz, la bandera con honor.

 

En la primavera de mil quinientos ochenta y seis, 

 un día soleado, Sir Francis Drake, por orden de la reina Isabel, 

 llegó a San Agustín buscando la colonia Roanoke

 Solo quemaron y saquearon para luego al mar volver,

 Mas los españoles la reconstruyeron con amor otra vez.

 

Disputas y guerras por tierras sin fin,

siete años de lucha en suelo sin jardín,

 España y Francia vencidas están, 

 En mil setecientos sesenta y tres se dio la paz,

 El Tratado de París selló lo demás, 

 cediendo Florida, el este del río Misisipi y Canadá.

 

Hace más de doce mil años, una confederación de tribus gobernó:

Cacicazgo Powhatan se llamó, y los ingleses llegaron con emoción, 

el capitán Smith, en mil seiscientos siete, Jamestown fundó,

inconvenientes por tierras se dieron, y John Rolfe los enfrentó, 

Y por Pocahontas, con su amor, un tratado de paz se dio.

 

Tensiones y asentamientos de ingleses continuaron sin control, 

terminaron con el pueblo Powhatan y su federación,

con un tratado de paz donde se establecieron límites en la región,

comunicándose con la lengua algonquina hasta el día de hoy.

 

Trece colonias británicas se rebelaron con fervor, 

por la libertad comercial y clamor

El Congreso Continental, en julio de 1776, aprobó

la resolución de independencia de Inglaterra, 

y Thomas Jefferson la Declaración de Independencia redactó.

 

Un 4 de julio de 1776 nació una nación, 

tras nueve años de revolución, 

donde George Washington lideró la libertad,

con ayuda de los Países Bajos, Francia y España.

 

El tres de septiembre de 1783,

el Tratado de París se firmó al fin, 

 Franklin, Adams y Jay la paz acordaron,

 y un nuevo país proclamaron, 

 con júbilo de un país soberano.

 

Treinta y siete estados se unieron después,

 por compra o guerra, con firmeza y fe, 

 un crisol de culturas, sangre y migración, 

 forjaron con esfuerzo esta gran nación.

 

Se escucha el detonante de una guerra armamentista sin control,

de Ambiciones imperialistas y un asesinato, el archiduque austriaco,

caídas de imperios, nuevas naciones y fronteras surgieron,

 en 1919, un Continente apareció en apoyo a la Triple Entente

 un país soberano, fue un rayo de luz a los países aliados

 fortaleciendo pactos, y en Versalles la paz se logró con un tratado.

 

Por tierra, aire y mar, un ataque a Polonia fue descomunal, 

y en el Oriente un país ataca para establecer un imperio,

las “Fuerzas del Eje” querían tierras y supremacía racial,

un Continente norteamericano logísticamente da una mano, 

con la rendición Alemana, muerto Hitler, finalizó la tragedia armada.

 

Un ataque sorpresa a Pearl Harbor dio la Armada de Japón,

Estados Unidos se defendió, con armas, aviones y corazón, 

 sangre, muertos y heridos por ambos lados se extendió,

 el Presidente Truman advirtió de una gran destrucción,

 con acción, determinación y tristeza se logró la rendición.

 

Con límites territoriales, reparaciones de guerra, 

 en el invierno de mil novecientos cuarenta y siete

 un tratado internacional de paz en París se ha logrado,

 pero el mensaje debe de estar bien claro, 

 buscar la paz y evitar la sangre de patriotas hermanos.

 

Monstruos aéreos demolieron nuestros egos,

un símbolo de grandiosidad se convirtió en vulnerabilidad,

 la “Ciudad que nunca duerme” se remeció de dolor

 y el mundo entero asombrado se quebrantó,

 una llaga latente ardía en el corazón de una nación

 un país avanzado con determinación, una Zona Cero, creó 

 vengando las cadenas del yugo de la opresión.

 

Un enemigo silencioso visitó al mundo en el 2020

 niños, jóvenes, adultos y ancianos se morían de repente, 

 tres años de tristeza y soledad escondidos toda la gente, 

 varios países se unieron para crear una solución 

 y la primera cura germana y estadounidense se logró.

 

Estados Unidos, una nación que siempre busca la paz,

 demostrándolo en el conflicto del Oriente Medio,

 apoyando al mundo para hacer justicia a cabalidad

 fue, es y será siempre un apoyo universal e incondicional,

 un país que abraza a quien necesita, fortaleciendo la libertad

 y ese símbolo ejemplar reposa en Liberty Island.

 

La Declaración de Independencia 

es basada en ideales de igualdad y libertad, 

y es un derecho a la felicidad. 

Inspirando al mundo por su valor, 

 Estados Unidos es hoy un gran motor.

 

Una Declaración al mundo es ejemplo con fervor,

con libertad, democracia, igualdad y amor, 

el Derecho a la vida, a soñar, a vivir, 

Estados Unidos comenzó a latir.

 

Estados Unidos de América siempre será… 

Una leyenda con justicia, democracia y libertad!

 

¡Feliz 4 de julio!
Hoy y siempre, celebramos esta gran nación.

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Autor: Andrés V. Almina Negrete, MSc. - A.V.A.N.

 

2025