Querido remitente:
Después de leer tu respuesta
me quedé en silencio.
Y entendí:
no todas las cartas necesitan contesta.
Algunas son abrigo.
O despedida.
Nos hemos dicho tanto
desde el borde
desde la grieta
desde el poema que no termina de escribirse.
Y sin embargo
me doy cuenta ahora
de que también hay amor
en saber cerrar la página.
No porque deje de doler.
No porque haya olvido.
Sino porque algunas presencias
viven mejor
cuando no se las fuerza a quedarse.
No sé si nos quisimos
como debía ser.
Pero te quise.
Y ese verbo
en pasado
aún me quema en la boca
como algo vivo.
Si alguna vez escribo sobre ti
será con calma.
No con urgencia.
No con el temblor de antes.
Será desde la luz
que dejan los finales
que no rompen
solo duelen en voz baja.
Gracias por estar
en lo que no dije.
Gracias por responder
desde donde aún latías.
Te dejo aquí
en el ocaso del poema.
No para olvidarte.
Sino para que vivas
donde ya no duele.
Con todo lo que fue
y con lo que no será
te abrazo.
Siempre desde el silencio que entiende
Yo.
🍃🍃🌺