Juan Sebastian Bache

Elogio de la morcilla

Ese oscuro destino de morcilla

a castigo de incrédulos propenso,

te lleva de las sartas en capilla

al infierno de brasa y humo denso.

 

Va rumbo a un desayuno en la vajilla

de hambriento comensal. A fuego intenso

el verdugo calienta la parrilla

como si fuera a asar a san Lorenzo.

 

Empezando el ecuánime proceso

con elegancia ataron tu pescuezo

y la punta de abajo con un ñudo.

 

Así la humanitaria cocinera

te conduce al tormento de la hoguera

con base en una ley: ¡la del embudo!