DIME QUE NO, PERO QUÉDATE
(Inspirado en los nombres de algunos éxitos de Ricardo Arjona)
Fuiste tú,
quien sembró en mi pecho
un jardín de ausencias
que florecen en silencio.
Ahora, solo quedan minutos
colgando del reloj,
y un silencio que pronuncia tu nombre,
no sé si fue el destino
o simplemente el problema
de haber amado cuando no tocaba.
Me he preguntado mil veces
si el norte fuera el sur,
¿hubieras elegido quedarte?
Dime que no, muérdeme la duda,
pero no me niegues la esperanza
de volver a verte desnuda,
sin miedos, sin fronteras, sin despedidas.
He olvidado cómo respirar sin ti,
esta ausencia es apnea,
O tal vez sean hongos
brotando en el rincón
donde antes latía tu amor.
Te conozco más en mis sueños
que he olvidado tus lunares,
y me pregunto,
¿por qué es tan cruel el amor,
cuándo se ha dado todo sin medida?
A veces quisiera montarme
a la luna en bicicleta,
y perderme en su reflejo
para no tener que aceptar
que tú ya no estás.
En mis delirios nocturnos,
sigues siendo mi batichica,
salvándome otra vez…
Cómo duele el paso de las horas
ver en el espejo tu sombra
y no poder abrazarte.
Viendo caer las tardes
intento atrapar el pasado,
guardando el tiempo en una botella,
pero se rompe y me quedó solo,
del otro lado del sol,
donde todo es distinto,
donde nada brilla si no estás.
Duele verte, incluso en mis sueños,
en las esquinas de mi memoria,
en las canciones viejas que tarareo,
recuerdo la historia de un taxi
que nos llevó una noche sin destino,
cuando aún creíamos en el amor,
fue el flechazo y la secuela.
Y aquí me tienes,
frente al televisor,
con la pantalla encendida
y el corazón apagado,
con estas ganas de llorar,
pero no lo hago,
porque llorar sería aceptar
que ya no hay vuelta atrás.
Dicen que hoy es un buen día para empezar,
pero yo no sé por dónde,
todo me recuerda a ti
con lo poco que queda de mí,
porque nada es como tú,
ninguna voz tiene tu acento,
ningún perfume sabe a tus besos.
Y me pregunto,
¿para qué me quieras como quiero?,
¿qué tengo que hacer
para que mi nombre
se quede dormido en tu pecho?
Hoy, entre sábanas frías,
los recuerdos son pingüinos en la cama,
intento un remiendo al corazón,
pero la costura se rompe
cada vez que sueño contigo.
Y al final, lo acepto…
Se nos muere el amor
como se mueren los inviernos
no por falta de besos,
sino por miedo a quedarnos.
Título: DIME QUE NO, PERO QUÉDATE
Autor: Ceuleman Jossimar Villacinda (Guatemala)
Derechos Reservados ©