Atrás quedaron las duras cadenas
Que ataban la luz de mis deseos,
A los recuerdos de tus besos y,
Al candente manantial de tu hermosura.
El amor es el perfume que el viento lleva,
Pasa vertiendo aromas en los corazones,
Ávidos de las esencias y las flores,
Así halló el mío, cuando me enamoré.
Errante por las líneas de tus labios
Entre ficción y realidad, lloré…
Atada mi alma al recuerdo de tu boca,
Gracias, por hacerme tan feliz.
Por cobijarme en tu regazo,
Darme el fruto maduro de tu pecho,
Los azahares de tu vientre fino,
El vaivén de tus caderas y,
El capullo de la rosa que guardaste para mí.
Delalma
25/03/2020