Te fuiste sin decir adiós,
con los labios cerrados de pena,
me dejaste sin voz,
con el alma vacía y serena.
Y no sé cómo seguir los días,
ni cómo callar lo que siento,
te llevaste todas mis alegrías,
y dejaste este frío viento.
Ahora cargo con lo que fuimos,
con tus sombras que no se van,
con los sueños que destruimos,
y este amor que nunca sanará.