Roberto D. Yoro

MANCHA

MANCHA

 

Naciste sin brillo, sin gran distinción,

una mezcla sencilla, sin presentación.

Pero el tiempo tejió, con ternura callada,

una historia de amor en cada jornada.

 

Tus ojos, al inicio, no hablaban de gloria,

mas tus patas dejaron huella en mi historia.

Pequeña en tamaño, inmensa en cariño,

tu andar por mi vida marcó mi camino.

 

Jugabas, corrías, ladrabas al viento,

con alma de loba, sin falso aliento.

Fuiste abrigo en tormenta, sol en invierno,

compañera leal con amor tan eterno.

 

A lo largo de años, creciste en mi ser,

y en cada rincón te volví a ver.

Hoy tu linaje, disperso y fecundo,

corre por patios, jardines del mundo.

 

Vecinos, amigos, familia y hogar,

comparten tu estampa sin olvidar

que tú, mi Mancha, sencilla y sincera,

dejaste en mi alma tu huella entera.

 

Aunque ya no estés y el tiempo se ensancha,

en cada latido te llevo, mi Mancha.

 

Roberto D. Yoro