Hola. Hace rato te veo meditar, tal vez algo me quieras contar. Han llorado mucho esos ojos, y no parás, joven, de suspirar.
Buen hombre, ¿cómo está?
Gracias por su gesto y atención.
Es cierto, necesito contención,
pienso en ella, mi perdida ilusión.
Si es así, estoy aquí, soy todo oídos;
podés contarme, estar en silencio,
o romper en llanto y gemidos.
Incluso lo hacen los más erguidos.
Me ha dejado y no sé por qué.
Sus explicaciones no tienen sentido,
y pronto caeré en su olvido.
¿Debo luchar o ser vencido?
Entiendo tu intenso malestar,
pero ¿para qué más preguntar?
Si ella tomó segura la decisión,
es su derecho y su intención.
La vida no es siempre color de rosa,
y a veces sufrimos por una moza.
Otras por salud, dinero, trabajo,
o peor, si nos tratan como una cosa.
No sé quién sea ese valuarte,
no es para mí relevante.
Mi intención es ánimo darte
y con fuerza y aliento levantarte.
¿Acaso usted no ha perdido?
¿Nunca se sintió ofendido?
Muchos años ha vivido,
y seguro le habrán servido.
Sí. Y te brindo mi experiencia,
y verás que hablo con sabiduría.
Te contestaré con suma paciencia.
Comprendé el concepto, la esencia.
Vos estás enamorado del amor,
y pensás que es tu adorado primor.
Uno de chico suele confundirse;
es normal, y no tengas temor.
Usted, ¿cómo eso puede saber,
si no es algo que se deja ver?
Me acaba de sorprender,
a mí me duele y no sé si creer.
Según entendí, la conocés poco;
a su verdadero ser, a duras penas.
Es la más dulce y linda en la escena,
pero todavía es inmadura, una nena.
Dejó de darte emoción y atención.
Ya no responde a tu noble clamor.
¿Aún sentís por ella cariño y amor,
o solo malestar y frustración?
Te digo estas cosas profundas,
para que en vano no te hundas.
Sos chico por ahora para amar.
Pensá bien, y no te confundas.
Sus palabras calman mi elegía.
También rebalsa su empatía.
¿De mí usted no espera demasiado:
tranquilidad, humildad y valentía?
Es buena y justa tu inquietud,
te nubla la visión tu juventud.
En vos confío, tenés virtud, actitud,
y brilla tu luz, gratitud y rectitud.
Una relación se construye con DAR,
y no solo con besar, pasear y bailar.
Necesitás sobre esto reflexionar,
y en unos días volvernos a sentar.
Acepto sus consejos e invitación,
sin negar y respetar mi aflicción.
Aprenderé de esta charla e historia
la entrega en el verdadero amor
y qué es una relación ILUSORIA.