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Si fuera la muerte atenta
volveríamos a vernos,
volver de nuevo a creernos
que el amor todo sustenta.
Aunque toda espera lenta
es una ilusión durmiente,
sería espera sonriente
entre sueños hechizados,
los sueños enamorados
de un corazón impaciente.
Si fuera la muerte afable
y nos dejara tocarnos,
volveríamos a amarnos
en un beso imperturbable.
Solo un instante loable
en un silencio preciso,
solo un instante sumiso
como una ventana al cielo,
caricias de terciopelo
flotando en un paraíso.
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Jhetsefany