Un vacío de cristal frágil,
quebrándose en su propio reflejo,
como un eco de astillas que al chocar
clavan hondo sin derecho.
manos que puedan sostener
lo que se rompe sin resistencia
fuerza que logre detener
esta caída en transparencia.
Cortes lentos, fieles a su danza,
una costumbre de filo y herida
hasta el dolor pierde su lanza
solo queda el alma vencida.
cuando el último fragmento caiga,
cuando el vacío sea solo escombro,
quizás en ruinas halle
lo que fui antes de ser polvo.