Randy Mueses

Hasta ese momento.

Jamás lo vi llorar 
nunca derramo una lágrima 
un hombre parco, tosco, áspero
de fuertes convicciones 
el ego muy firme.
Toda una hombría disfrazada 
de seriedad y amargura.
 
 
No escuché sus quejidos 
no lo vi sollozar.
Aquella mujer tomó sus cosas 
vacío su corazón por completo
de lo que fue un hogar se quedó 
resonando el eco.
 
 
La llamo atónito, en pasmo
rogándole que regresará.
Se quebró, pude sentir 
su angustia y su dolor.
 
 
No fue sino hasta ese momento que escuche como se desbordaba un mar de lágrimas por sus ojos y su corazón.
 
 
 
 
 
 
 
 
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