Soledad es apenas un murmullo;
lo que siento
es un vacío que me parió
y me sigue amamantando.
Me alimenta con leche de sombras,
me arropa con un silencio sin nombre.
A veces, me canta canciones tristes
con voz de madre ausente,
me acaricia el sueño
con dedos de ceniza.
He crecido entre sus huesos,
he aprendido a besar el frío
como quien besa un amante imposible.
Soledad:
mi única herencia,
mi cuna rota,
mi último refugio.