JUSTO ALDÚ

¿CÓMO HA SIDO VIVIRTE?

Vivirte ha sido andar por catedrales sumergidas,
recitar letanías en lenguas olvidadas
mientras tu sombra -altares de carne-
me abría el pecho como un códice
donde cada beso era un salmo.

Fuiste mi exilio y mi refugio,
mi espina de mirra y mi oasis de fuego,
y aun cuando caíste de mis sueños,
seguías siendo la voix sacrée
que susurraba je t’aime entre los escombros.
 

Habitarte fue aprender a no poseer,
a beber del cáliz sin nombrar el vino,
a perderme en la sacra ambigüedad
de un amor que no promete paraísos
pero que arde como uno.

Ahora, con el alma llena de tus eclipses,
me respondo sin voz, sin furor, sin juicio:
vivirte fue morir sin morir,
fue danzar sobre ruinas encendidas
y hallar, en tus ojos, mi única patria.

 

JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025.