Javier Julián Enríquez

Enigma eterno de desengaño

En los confines del zafiro inmenso,
donde el espíritu inquieto aletea,
mientras la luz divina centellea,
detiénese el pensar, profundo, intenso;

por senderos de tiempo, tan propenso
a desvelar lo que el mortal desea,
batalla entre lo real que alardea
y el dulce idealismo, tan suspenso.

Cual peregrino en nieblas sumergido,
surcando abismos de honda reflexión,
persigue un imposible presentido;

mas halla, al fin, la lúcida comprensión:
que entre lo terrenal y lo fingido,
la verdad reside en simple comunión.