Lo mismo que regresan del pasado
recuerdos del amor que fue fatal;
las sombras de su engaño se han quedado
quitándome la paz.
Sus labios, sus sonrisas sus miradas,
provocan infinito padecer;
trayendo evocaciones de alboradas
que en sus brazos pasé.
En vano yo he tratado con firmeza,
su esencia en mis recuerdos no sentir;
mas siempre recordando su belleza,
me impide ser feliz.
Y juro firmemente que algún día
tendré que terminar con tal dolor;
que rasga fieramente el alma mía
sin tener compasión.
Autor: Aníbal Rodríguez.