Y si acaso mi voz no te roza más el aire,
si mi huella se diluye en la senda del olvido.
Si los viejos sueños, ya tan míos, se te
fueron como luciérnagas, lejos de tu
sombra, de tu asombro, y un día no me
encuentras, no me nombras, solo cuídate.
Sonríe. Logra todo. Eso que dijiste, que era nuestro.
m.c.d.r