Edwin Acosta Pena

No quiero despertar.

Te imagino con tu suave movimiento,

como se desabrocha el silencio

a pesar del bullicio que deja la lluvia...

Tu nombre roza mi memoria 

que ya es tuya, ahí estás 

con tus rayones de luces 

que parecen estrellas parpadeando...

Hay lugares en mí que sólo eres tú,

mi recuerdo de guarida laberinto 

que después de tantas vueltas,

ahí vuelves, o quizá nunca te has ido,

cobijo mis deseos al borde 

de las orillas frías de mis sueños;

no te llamo, es cierto,

pero vuelve tu lucero inacabable,

más el deseo que no pide permiso

evoca los sonidos de los pájaros

que despiertan mi amor ahogado,

la madrugada vuelve a oler a mar

y tu encaje de vestido está mojado;

llegaste a mi destino, a mi choza 

y a mi tiempo de sueños repetidos,

y no quiero despertar.

©.