Cuando vuelvas hoy a casa
encontrarás en el techo
un calendario que atrasa.
Desde allí arriba, al acecho,
las hojas ya desdeñadas
que lo devuelven al día
en que existían las hadas
entre tu boca y la mía.
Verás que faltan las jarras
de vino que estaban rotas;
las saqué para arreglarlas
en los labios de otras bocas.
En la mesa hay dos versos
escritos en una carta,
y en el espejo los besos
que ya no nos hacen falta.