jvnavarro

LA PISADA DEL BUEY

 

 Ni es propio ni es impropio,
 
ni es lo uno 
ni es lo otro,
 
No es el peor de los días
a estas horas
en las que estoy escribiendo,
 
pues la armonía del universo
no deja de ser una paradoja 
que se utiliza 
para definir este orden 
que algunos denominan perfecto,
aunque sea 
que estamos construyendo
un caos tremendo, 
en todo lo relacionado 
con lo que vemos,  oímos y leemos.
 
Hay tiempo para esto
de estar escribiendo
con la consistencia
de un cubito de hielo
que se va deshaciendo
 
y ahora entiendo
porque persisto 
en aquello 
que no mueve mas sentimientos,
 
 que el asco que da,
el  ver como rutina 
que se da
sin mas pizca de miramientos,
 el quebrantamiento 
de los más sagrados 
de los mandamientos,
 
sin que por ello
se rasgue el cielo, 
 
arda una zarza
en mitad de un violento fuego
 
o sea de público reconocimiento,
que de nada sirve lo que hacemos
para cuando nada resolvemos.
 
Mientras escribo esto
observo el pasar 
de unas palomas huyendo
de las tijeras del podador.
 
Se van relamiendo
con su pico abierto, 
pidiendo auxilio,
 
las veo,
 
ya la paz de sus ancestros
en el mural de un colegio
desmoronado como si fuera
un castillo de naipes 
que no soporta el peso,
 
Ni del oro
con que se compra
el criminal armamento,
 
 Ni de las copas
con las que brindan
los miembros de la OTAN,
ONU y UNESCO,
 
Ni de las espadas
que en la historia blandían 
los señores de la guerra
y de los infiernos,
 
Ni de los bastos
utilizados ya en remotos tiempos
para ahuyentar 
a los porteadores
del odio y del divino fuego,
 
Ni del bombardeo
del as de picas,
 convertido en jumento
que va viendo 
que las pisadas del buey 
dejan marcas en el suelo.
 
Me alejo