Yamel Murillo

SIN TINTA

Esta mañana me he puesto un prendedor reluciente sobre el vestido negro, justo a la altura del corazón.

Pienso carcajearme frente al espejo 
con la boca cerrada, y mirar al suelo 
cuando imagine que te me quedas viendo.
Hay una riel inmensa que divide 
los furgones de nuestras entrañas, y no está bien permitir siquiera te asomes a lo que dejaste de las mías.
Me puse un prendedor de oro, 
para que la luz salada de mis ojos 
parezca un maquillaje dorado de primavera,
y el rojo en mis cristalinos 
sea como el ocaso donde desapareciste, 
pero ahora, lenta y definitivamente.

 

 

Labios lapilázuli

@La luna perdida en el laberinto

D.R. 2017