Caminaré sobre brasas ardientes
al descalzar mis calzados por el anhelo
de estar a tu lado.
Suspiraré con deseo por la pasión ferviente que se mece con su jubiló entre tus labios,
al caer entre las suaves caricias de tus manos,
vencido por el dolor de mis propios pecados.
No titubearé ni un instante:
Pues te he guardado en mi alma sin dudarlo.
Aun con el corazón mancillado
y el cuerpo manchado de cenizas y sangre,
No te he olvidado porque vives en los fragmentos de mi mundo imaginario.
Y aún si doy mi último aliento,
finalmente, entre de tus brazos, estaré esperando
para enfrentar los miedos de mi espíritu
y ser liberado.
Y aunque volvamos a estar separados,
Siempre te seguiré amando.
- Efren Amado Aponte Ruiz -