DE PASO.
Pasé como el tiempo pasa,
sin un destino ni estación,
y también por tu corazón,
sin edificar mi casa.
Pasé como el viento pasa,
acariciando de momento,
y sin lugar, piso, ni plaza,
no erguí en ti mi aposento.
Así también el amor pasa,
a veces sin trascendencia,
cual yesca que luego abrasa,
y muere su incandescencia.
Y también pasa la tristeza,
que tantas veces nos tienta
más la voluntad y entereza,
hacen que a dicha sienta.
Te amo, con ese amor
que no sientes, ni ausenta,
y que no encela ni atormenta.
Te amo, con sumo fervor
y el suspiro que no exhale,
con ese miedo ya sin temor
y dolor… Que ya no duele.
Pasé como pasa todo,
con tiempo fraccionado,
pero… Por, sobre todo.
Te amé de algún modo,
cómo nadie te ha amado,
sin profanación ni pecado.
Y te amaré con suma ternura,
quizás desde el inframundo,
pues un amor fiel y profundo,
trasciende vida y sepultura.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Junio 30 del 2025.