Gonzalo Márquez Pedregal

EL SENTIR DEL ALMA DEL RÍO

No hace más de tres veranos agua pura cristalina,

tan fría, pero ella misma  me dio cálida bienvenida.

Me sumergí  me dejé llevar mientras mi alma flotaba,

puede ser río lo comprendí rumores de piedras y agua.

 

El lenguaje del río es parco en palabras juncos de ribera,

atento escucho siento su melancolía  es por eso la prisa.

Aguas dulces y sus minerales ha  marés de agua salada,

después de sus largos viajes  desembocar en cálida playa.

 

En el fluir fluvial de mi viaje, complaciente sonora cascada,

 robles ,chopos y libélulas azules en un junco una crisálida.

En  profunda calma de los meandros lentos fui río, fui agua.

 

Con la suavidad con la que me lleva, flotando como ingrávida,

su historia labrada en el curso del río de los valles que soñaba.

Sus prisas son infundadas aguas y ciclos duran por toda la vida.