Bebiendo de un charco de aplastadas esperanzas ajenas
junto a soñadores de futuros que no construyen
y a críticos de vidas que no podrían manejar
me percato de lo hipócrita de mi existencia.
Yo también escribo sobre drogas que no he probado
y de mujeres que no he besado
y de chicos a los que no les hablo
y de aventuras imaginarias.
¿Soy igual o peor que ustedes?
Bola de pendejos, enfrascados en sueños estúpidos.
Su mayor sueño es una casa propia, un auto y una esposa fiel
yo solo quiero escribir poesía
aunque nadie me lea,
aunque mi madre me olvide
aunque a dios le asqueen mis textos
y si esto último sucede
sabré que me voy de la vida haciendo algo bien.
Sírvete otro y deja de filosofar pendejadas
me dice el huérfano de tres días mientras me sirve un trago en copa de plástico
y a la par que bebo pienso:
la plena que uno se hace infiernos en la cabeza
solo porque no puede estar en la de los otros.