Te escribo porque te extraño,q
porque hay días en que el mundo se me cae encima
y solo tu recuerdo me levanta.
No sé si vas a leer esto,
ni si te importa,
pero yo lo necesito.
Necesito decirte que me hiciste falta
en esos días tristes que no conté a nadie,
en los silencios donde tu risa hubiera sido un milagro.
Te fuiste sin cerrar la puerta
y yo me quedé mirando el hueco.
Esperando.
Soñando que volvías con una disculpa,
con un abrazo,
con ese “te quiero” que no alcanzó a salir.
No es una carta para que regreses,
es solo para contarte que todavía me acuerdo
de todo lo que fuimos
y de todo lo que me duele no ser contigo.
A veces sonrío por lo que vivimos,
y otras lloro por lo que no fuimos.
Pero aprendí a quererte sin tenerte,
y eso, aunque no lo sepas,
también es amor.
Te escribo porque te extraño.
Y porque aunque ya no estés,
hay una parte de mí que todavía
se sienta a esperarte
en esta carta.