Sebastian Mena

Terminando la zemana

Odio todos los lunes,

en especial por la mañana:

tengo que volver al trabajo

y despedir a mi amada.

Se irá toda la semana

a buscar un diploma,

a forjar un porvenir,

y eso me reconforta.

 

Ansío que llegue el viernes

y verte entrar a la casa,

para poder darte un abrazo,

no cualquiera: uno de oso,

que consuele tus miedos,

que apacigüe tus dudas.

 

Quiero en ese domingo

de fiaca por la mañana,

de mates y facturas

de miradas cruzadas,

acompañar las andanzas

de Bernardo y el Zorro

vamos a ser sus laderos,

dos jinetes que se aman.

 

Y cuando no quede más agua,

dibujaré en tu rostro una zeta

seremos Rosarito y Don Diego,

o tal vez Joaquín y Teresa.