Que quede claro, Fulana bella
que en esto no interviene la necesidad;
que vivir bien puedo con la soledad,
que quede claro, pequeña estrella.
Que conste que tras tantos años
ya no me aburren los soliloquios,
que paso de algarabías
y aborrezco los coloquios,
que todo esto ya sólo duele en las tardes,
de cuatro a cinco y de lunes a jueves
y que no espero a nadie que se lleve
las cargas que yo mismo no conseguí llevarme.
Que entre la música y la poesía,
y mirar con cara de pensativo
por la ventana del colectivo
dejan mis cuencas de estar vacías,
que son refugio de mi alma inquieta
las risas diáfanas del mañana,
y los antojos, y las guitarras,
y los perritos, sueños y letras.
Que quede claro que bien podría
pasar más décadas todavía
en el tranquilo arrullo de mi solitud obligada…
Que quede claro, mi niña amada,
que el que me haya así declarado
no es porque a alguien necesitara;
Quizá me salga cara la osadía…
Quizá me arrojes la paz por la cornisa,
quizá me quites hasta lo bailado,
quizá me ahogues las ideas con sonrisas…
Pero yo elijo estar a tu lado.