galision

Solo una rosa blanca

 

Este dolor que va acabando

Esta vida dedicada a Cristo,

También a mi Flora, compañera,

A veces con llantos, o alegrías;

Sea la que adorne mi tumba.

Solo una rosa Blanca como mi alma,

Por medio del Salvador que me ama,

Y seguirá amándome en la eternidad,

Es mi deseo póstumo; al exhalar,

El espíritu que me dio,

Si,  una Rosa Blanca en mi pecho.

Una Rosa Blanca con espinas,

Esas que hieren al tocarlas;

Esas que tienen perfumes de alma,

Quiero que adorne mi tumba,

Porque nací de nuevo al morir,

El Cristo; la Rosa de Sarón.

Preparen, cultiven, planten.

Una Rosa blanca, porque el dolor,

Me acompaña día  y noche,

Esperando exprimir mi cuerpo,

Aunque mi alma y espíritu

Están intactas; nacidas de nuevo,

Esperando el llamado, quizá hoy,

Quizá en años, como a Ezequías,

Cuando le regaló quince años,

Cuando vio su dolor y pena.

Solo una Rosa Blanca y nada más.