AL FONDO DEL PANORAMA, RECUERDO UNA SILUETA FAMILIAR
La Lomica del Cuervo presenta
un día tras otro, al final del casco urbano,
como un pecho cortado
casi por su base –debido a no se sabe
qué obra urgentes
proyectadas por el Ayuntamiento–, pues desde siempre
había lucido por allí una silueta cónica, algo así como un cono
extrañamente perfecto, una loma
cubierta de tierra y piedra y con algunas plantas
ralas, con el matorral silvestre
propio del terreno seco que domina por aquí.
Algo así como un pecho de mujer robusto, turgente,
enhiesto, un espacio natural único
y característico,
con el matorral mediterráneo y asomando
las piedrecitas de cuarzo,
de un día para otro casi amputado de raíz.
Gaspar Jover Polo