No te maldigo,
aunque ya ardo en la bruma,
ceniza herida
de una luz que no alumbra.
No te bendigo,
pero sangro en tu nada,
fui flor sedienta
brotando en tu mirada.
No hubo camino,
solo pasos del viento,
y fui guitarra
sonando en tu silencio.
Ni un roce eterno,
ni un adiós que doliera,
solo el vacío
quemando en la marea.
Ya no te nombro,
ni te tallo en el pecho,
de tanto amarte,
me volví mi despecho.
Fuiste fantasma,
pero yo fui la herida,
fuiste la noche
y yo la despedida.
Me fui sin irme,
me quedé sin quedarme,
tu indiferencia
logró deshabitarme.
Si un día sueñas
con lo que no supiste,
que te persiga
mi amor que no tuviste.
Yasuara Melgara