Mensis

Ojos de luna

Había despertado hace ya muchos años,

y se había ido hace no tantos.

Nunca supe su nombre,

pero recuerdo su voz.

Vestía de armadura

y caminaba con dificultad.

Me contó que no recordaba quién era,

que era de otra era, de otro lugar.

Me habló de lo que podía recordar,

De lo que amó,

de lo que más quería.

Dijo:

“No tengo camino ni misión.

Deseo seguir viviendo hasta perder la razón.

Es el destino de los que mueren

y saben que han vivido.

Deseo vivir en muerte

todo aquello que en vida no he podido.”

Me di cuenta de que la luna

se había convertido en los ojos de la muerte.

Sentí mucha tristeza al saber

que ella solo había llegado hasta los diecinueve.

Escribo mucho sobre no muertos.

Siento un vacío en el pecho.

Creo que fui infectado con su dicha

y con su duelo.

¿Por qué seguía caminando

si ella ya había muerto?

La luna se convirtió en sus ojos.

No puedo ignorar su brillo.

No puedo ignorar nada...

menos todo aquello que no he vivido.